Cuánto dura el coágulo después de una extracción dental: información y consejos preventivos

Cuánto dura el coágulo después de una extracción dental: información y consejos preventivos

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Las extracciones dentales son procedimientos habituales en las consultas de los dentistas y tras ello es muy importante una correcta cicatrización, lo que se conoce como el coágulo después de una extracción dental. Si bien es cierto que la odontología conservadora, como la que practicamos en el Centro Dental Macía, tiende a agotar todas las alternativas terapéuticas antes de realizar una extracción, ésta a veces se hace inevitable.

coágulo después de extracción dental dolor

A veces la extracción dental se hace inevitable.

También es inevitable que en el procedimiento de extraer un diente o de extraer una muela se produzca un pequeño sangrado. Una hemorragia de poca intensidad que el odontólogo corta pidiendo al paciente que muerda suavemente un pequeño trozo de una gasa estéril y seca. El objetivo de esta maniobra es taponar la herida y permitir que en los siguientes 10-12 minutos se produzca el coagulado. Pero, en qué consiste el coágulo post extracción dental, y ¿por qué se coagula la sangre en una extracción?  A continuación te explicaremos en detalle como funciona nuestro organismo tras las extracción de una pieza dental.

coágulo después de una extracción dental sangre

La coagulación se produce después de la extracción dental.

La coagulación es un complejo proceso químico en el que intervienen hasta 10 proteínas diferentes, también conocidos con el nombre de factores de coagulación, que forman parte del plasma sanguíneo. Para entenderlos de forma sencilla, diremos que la sangre, en resumen, pasa de un estadio líquido a sólido como parte de una estrategia natural y extraordinaria de nuestro cuerpo, una más, que comienza con la herida de la extracción y continúa con la constricción de los vasos sanguíneos. Luego sigue el taponado de plaquetas y, finalmente, la formación definitiva del coágulo de fibrina.

coágulo extracción dental cicatrización

El coágulo posterior a la extracción dental es el primer paso de la cicatrización.

El alveolo dental es el hueco en el que se aloja el diente y que en el momento de la extracción se rellena de sangre con el coágulo. Se trata de un proceso natural por el cual el coágulo generado tras la extracción dental ayuda al cierre de los tejidos y a la formación del hueso.

Desaparición del coágulo después de la extracción dental

Un pregunta muy socorrida entre muchos pacientes es, ¿y cuánto dura el coágulo después de una extracción dental? En las heridas agudas el proceso de cicatrización natural dura de 7 a 14 días. A los 21 la herida ya está totalmente cerrada. Es necesario, no obstante, dejar claro que las molestias desaparecen antes; entre los tres días y las dos semanas transcurridas tras realizarse la extracción. El coágulo irá desapareciendo progresivamente.

coágulo tras una extracción dental urgencias

Las precauciones en las primeras 24 horas tras una extracción dental.

Precauciones para proteger el coágulo tras una extracción dental

Tras la extracción dental, y durante las primeras 24 horas, los pacientes no deben enjuagarse la boca ni tomar bebidas calientes. Deben cepillarse suavemente los dientes próximos a la zona de la extracción y no fumar. Asimismo, el ejercicio físico que implique grandes dosis de fuerza y contracción de la mandíbula no es conveniente y solo al día siguiente de realizarse la extracción es posible comenzar con un ligero enjuagado de la boca con agua y sal; un remedio natural de toda la vida. Será necesario acudir al dentista o a los servicios de urgencia en los casos extraordinarios de sangrado.

En Centro Dental Macía, tu centro odontológico de confianza en el área de Santiago de Compostela, esperamos haberte ayudado a saber más sobre los coágulos después de una extracción dental y las medidas preventivas a tomar para una correcta cicatrización de los tejidos.

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Las muelas del juicio

[:es]Con los especialistas del Centro Dental Macía odontología de la excelencia en el Área de Santiago de Compostela, profundizamos en el conocimiento, y el juicio, a unas muelas muy, muy ‘caprichosas’: las muelas del juicio. También llamadas cordales, de cordura, son el tercer molar que suele aparecer entre los 17 y los 25 años, pudiendo incluso no hacerlo nunca. Se llaman ‘del juicio’ ya que a la edad en que aparecen se supone que las personas somos mucho más juiciosas que cuando aparece el resto de la dentición definitiva. 

 

 

Existen cuatro muelas cordales, una por cada cuadrante bucal, y se sitúan en la última posición de la línea de la dentadura, al fondo de la boca. Cuando salen sanas y alineadas correctamente, estas muelas son un aporte valioso a la boca. Sin embargo, es muy común que las muelas del juicio salgan torcidas. Cuando salen de esa forma pueden apretar las estructuras en la boca, dañar los dientes vecinos (los hacen más propensos a la caries y la placa), la mandíbula e incluso los nervios. Cuatro son los tipos de retención que provocan en función de la línea de posición que manifiestan, esto es: Retención horizontal, retención angular o retención vertical.

 

Imagen de una retención horizontal

Ejemplo de una retención angular

Imagen de retención horizontal

También sucede que las muelas del juicio pueden salir parcialmente, lo cual las hace propensas a caries y a otras enfermedades porque son difíciles de alcanzar con el cepillado y la seda dental, lo que favorece la acumulación de bacterias. Esto sucede porque no tienen suficiente espacio en la boca para salir completamente.

De los problemas con las cordales y de las medidas que se pueden tomar hemos hablado con la Dra. Raquel Moar responsable de las cirugías, junto al Dr. Macía, del Centro Dental Macía.

 

-Existe un debate permanente sobre la utilidad de las muelas del juicio. ¿Qué papel desempeñan y cuál desempeñaron en el pasado?

Actualmente solo son útiles si están bien posicionadas. A menudo esto no es así, ya que los cordales muchas veces están impactados en los segundos molares o ni siquiera se llegan a formar. En el pasado, en cambio, tenían un gran papel debido al tipo de alimentación humana.

-¿Es cierto que evolutivamente tendemos a perderlas?

Sí. Evolutivamente tienden a desaparecer ya que la dieta actual y la de nuestros ancestros son muy distintas. Hace miles de años, la dieta era mucho más dura, a base de cereales, y por ello se necesitaban maxilares más grandes, potentes y con más muelas. Actualmente, son más pequeños y a menudo no queda espacio para las muelas del juicio. O ni siquiera se llegan a desarrollar.

-¿Una dentadura sin muelas del juicio está incompleta?

No. La función masticatoria se lleva a cabo perfectamente sin ellas.

-¿En qué casos es necesaria su extracción?

La extracción debe realizarse cuando existe un riesgo de dañar estructuras adyacentes como los segundos molares (suelen provocar caries por impactación), o el nervio dentario inferior. También debe estudiarse su extracción en caso de patología en la articulación temporo-mandibular por maloclusión, por un quiste dental asociado u otras complicaciones tumorales e incluso por desplazamientos dentarios. También en caso de infección recurrente de tejidos pericoronarios.

-¿Cuándo no es aconsejable?

Siempre que el riesgo–beneficio no justifique la extracción. En estos casos se pueden realizar resecciones de encía para minimizar el trauma de los tejidos adyacentes y la inflamación por impactación.

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Las muelas del juicio, también llamadas cordales (de cordura), son el tercer molar que suele aparecer a las edades entre 17 y 25 años, pudiendo incluso no hacerlo nunca. Se llaman muelas del juicio ya que a la edad en que aparecen se supone que la persona tiene un juicio más desarrollado y completo que cuando aparece el resto de la dentición definitiva.

Existen cuatro muelas cordales, una por cada cuadrante bucal, y se sitúan en la última posición de la línea de la dentadura, al fondo de la boca.

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Cuando salen sanas y alineadas correctamente, estas muelas son un aporte valioso a la boca. Sin embargo, es muy común que las muelas del juicio salgan torcidas. Cuando salen de esa forma pueden apretar las estructuras en la boca, dañar los dientes vecinos (los hacen más propensos a la caries y la placa),  la mandíbula e incluso los nervios.

También sucede que las muelas del juicio pueden salir parcialmente, lo cual las hace propensas a caries y a otras enfermedades porque son difíciles de alcanzar con el cepillado y la seda dental, lo cual hace que se acumulen bacterias. Esto sucede porque no tienen suficiente espacio en la boca para salir completamente.

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De los problemas con las cordales y de las medidas que se pueden tomar hemos hablado con la Dra. Raquel Moar responsable de las cirugías, junto al Dr. Macía, del Centro Dental Macía.

-Existe un debate permanente sobre la utilidad de las muelas del juicio. ¿Qué papel desempeñan en nuestra dentadura y cuál desempeñó en el pasado?

Actualmente, solo son útiles si están bien posicionadas. A menudo esto no es así, ya que los cordales muchas veces están impactados en los segundos molares o ni siquiera se llegan a formar. En el pasado, en cambio, tenían un gran papel debido al tipo de alimentación humana.

-¿Es cierto que evolutivamente tendemos a perderlas?

Sí. Evolutivamente tendemos a perderlos ya que la dieta actual y la de nuestros ancestros son muy distintas. Hace miles de años, la dieta era mucho más dura, a base de cereales y por ello se necesitaban maxilares más grandes, potentes y con más muelas. Actualmente, son más pequeños y a menudo no queda espacio para las muelas del juicio. O ni siquiera se llegan a desarrollar.

-¿Una dentadura sin muelas del juicio está incompleta?

No. La función masticatoria se lleva a cabo perfectamente sin ellas.

-¿En qué casos es necesaria su extracción?

La extracción debe realizarse cuando existe un riesgo de dañar estructuras adyacentes como los segundos molares (suelen provocar caries por impactación), o el nervio dentario inferior. También debe estudiarse su extracción en caso de patología en la articulación temporo-mandibular por maloclusión, por un quiste dental asociado u otras complicaciones tumorales e incluso por desplazamientos dentarios. También en caso de infección recurrente de tejidos pericoronarios.

-¿Cuándo no es aconsejable?

No es aconsejable cuando el riesgo–beneficio no justifica la extracción. En estos casos, se pueden realizar resecciones de encía para minimizar el trauma de los tejidos adyacentes y la inflamación por impactación.[:]

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